se encontraron dos poetas
de identidades sin cartel.
El que caminaba cabizbajo le preguntó al que todo lo observaba...
-¿Qué hacer cuando ya no puedes escribir sobre la tristeza?
Mi poesía ha terminado compañero...No me salen sonetos de lágrimas.
Y la tristeza es lo que más vende.
¿Qué hago?
El observador, brindó su sonrisa al preocupado,afianzando su mirada....
Mientras con gran contundencia le respondió:
-Querido amigo, para esos momentos y por suerte para muchos más,
se inventó la TERNURA
¿Cómo prescindir entonces de algo tan mágico?
(foto de Suzan Monell)