06 marzo 2008

MARGENES VITALES

Fue abrir los ojos y
empaparme de las sonrisas de esos árboles
que se vestían con alas de ángel...
Me quedé allí acurrucada en el primer banco
sin hipotecar mis sueños...
Sin hacer caso de las voces que gritan
que las ilusiones no sustentan cimientos
y que la esperanza es meramente una enajenación pasajera...

El viento empezó nuevamente a bailar...
Y allí estaba yo, con esa manta de tranquilidad,
que me brindaba una sensación inexplicable...
Y fue en ese preciso instante
cuando volví a acolchar mis sueños


¡No dejéis nunca de soñar!
Porque sólo el que sueña llega...
Sólo el que sueña, alcanza la luz


* FOTO de Felipe Rodríguez